Soy profesora de Matemática y la pregunta que constantemente me hacen los alumnos es
¿Para qué sirve la Matemática? En
particular: ¿para qué sirve estudiar Derivada? o ¿para qué sirve lo que estoy
viendo de Trigonometría?, etc.
La poca motivación de muchos alumnos para el aprendizaje de la Matemática tiene una relación directa con las dificultades que tenemos sus profesores para explicar por qué se enseña uno u otro tema, y en virtud de ello, para presentar problemas prácticos sencillos que justifiquen su utilidad.
Esa pregunta ha permanecido en mi memoria y siempre que preparo mis clases busco la Matemática que esta detrás de múltiples facetas de la vida cotidiana; para poder dar una respuesta a ella.
Una respuesta simpática y representativa de para qué sirve la Matemática es:
Para devolver a las donas el lugar que se merece en nuestra sociedad, gracias a la topología.
También considero que tiene sentido enseñar matemática no solo porque sirve para resolver problemas cotidianos, o para “agilizar la mente”, sino porque los procedimientos y actitudes involucrados en el aprendizaje de la disciplina son fundamentales para el ejercicio de la ciudadanía.
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